Foto tomada de Internet. |
La Habana acomete en estos momentos una
campaña comunicacional en saludo al medio milenio de fundada y con
rostro de joven que sueña viste sus mejores ropajes para esperar la
celebración el 16 de noviembre de 2019.
Catalogada de real y maravillosa, la capital de todos los cubanos emprende varias acciones con el propósito de contribuir al desarrollo económico y social, según el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, su hijo ilustre.
Ávido de legar los conocimientos adquiridos y con el habitual diálogo pausado, Leal habló en rueda de prensa acerca de las nuevas generaciones y de los cambios que desde 1959 han acaecido.
“El desarrollo del país era la gran prioridad, y solo en aquel primer año de revolución se construyeron en Cuba más de 50 escuelas cumpliendo así el principio: Hombres recogerá quien siembre escuelas”, recordó Leal.
La urbe antillana requiere de esa inyección de energía y nos corresponde aceptar el desafío de luchar por ella como la predicación continua que durante años han tenido sus habitantes, apuntó.
Durante el lanzamiento de la campaña, el historiador resaltó el sitio fundacional de la antigua villa -la sexta, en 1519- que bajo una ceiba aquellos pobladores celebraron la primera misa, y el cabildo recibió la custodia de los fueros y privilegios de la recién inaugurada ciudad.
Allí junto a la Plaza de Armas y a la biblioteca pública se observa el área habitacional primogénita donde, gracias a las lluvias de los últimos meses, la ceiba del aniversario 500 plantada el año pasado floreció, recordó el especialista.
Bajo el noble principio de que una localidad encuentra buena cobija a la sombra de un árbol abrigaremos a las nuevas generaciones, y también las esperanzas y buenas prácticas, precisó Leal.
Advirtió sobre las bondades de esta metrópoli, desde las construcciones del siglo XVIII hasta las escuelas de arte, regalo de la modernidad.
Tampoco podemos dejar de mencionar a esta ciudad como la de la extensa avenida del malecón, sonrisa y sofá de quienes la viven, destacó.
Si La Habana constituye el espacio donde está el poder institucional del Estado, y los poderes públicos de esta Cuba que ha resistido hasta hoy y a nada teme, entonces llegó el momento de presentarla con un rostro más limpio, porque no es posible ver a nuestra capital, por tanto, la cápita o cabeza, con una fisonomía desatendida, declaró.
Esta urbe exhibe su cara más democrática, porque precisamente representa a toda la nación, pulirla y protegerla significa hacernos partícipes de la cruzada emprendida para recibir el 500 cumpleaños de la Ciudad Maravilla, subrayó Leal.
Tomado de: Prensa Latina
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