Hotel Telégrafo en La Habana. Foto: www.imre.oc.uh.cu |
Autora: Mildred O´Bourke Rodríguez
En el año 2001, el Hotel Telégrafo reabrió sus puertas luego de una costosa inversión que lo hizo surgir de entre las ruinas de un derrumbe ocurrido en 1964. En el proceso se preservaron partes de la antigua edificación que fueron incorporadas a elementos actuales, logrando una imagen de una simbiosis extraordinaria a la vista, desde el propio lobby hacia el interior, incluyendo las habitaciones.
En el año 2001, el Hotel Telégrafo reabrió sus puertas luego de una costosa inversión que lo hizo surgir de entre las ruinas de un derrumbe ocurrido en 1964. En el proceso se preservaron partes de la antigua edificación que fueron incorporadas a elementos actuales, logrando una imagen de una simbiosis extraordinaria a la vista, desde el propio lobby hacia el interior, incluyendo las habitaciones.
La
reapertura fue un primero de diciembre, fecha oficial de cumpleaños;
razón por la cual la gerencia convocó a la prensa para agradecerle su
apoyo y dar a conocer que en los próximos días celebrarán el onomástico
con clientes, turoperadores, colaboradores de diversas áreas y
trabajadores que estuvieron a pie de obra y aún permanecen en la
instalación.
Yamilé Pérez Acevedo, gerente general de este centro que pertenece a la Compañía Habaguanex, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, explicó que en más de una década han logrado un 89 por ciento de ocupación lineal, un alto índice de clientes que repiten sus visitas, rentabilidad y eficiencia. La funcionaria lo atribuye al quehacer y sentido de pertenencia de un colectivo que logra adecuarse a las exigencias de los turistas, los cuales prefieren alojarse en este bello sitio, radicado además en la más famosa esquina de La Habana, la de Prado y Neptuno, en el municipio de Centro Habana.
El Telégrafo está ubicado por la famosa revista consultora Tripadvisor, entre los diez mejores de su tipo en la capital cubana y ha sido reconocido como Líder de la Calidad, lo que lo pone en nivel de competitividad, en un área donde existen otros establecimientos con altos estándares para el hospedaje como los Hoteles Inglaterra y Parque Central.
Pérez Acevedo subrayó además que: “Otro elemento importante y que los motiva a trabajar mejor cada día, es que saben que parte de sus ganancias benefician al proyecto restaurador de la Oficina del Historiador, para continuar la recuperación de la Habana Vieja u otros sitios de la capital”.
En la actualidad se realizan inversiones en la instalación, que le pondrán en condiciones de incrementar sus estándares de calidad en los servicios para sus principales mercados emisores: Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y España, en el venidero 2015.
Ariel Fuchet Martínez, subgerente comercial, comentó que se potencian elementos culturales que resultan atractivos no sólo para los huéspedes, como la presencia de un dúo de saxofón y piano que ameniza con música cubana el horario del desayuno; sino también para el público en general, en este caso del espacio que la popular cantante Ivette Cepeda mantiene cada viernes en la noche, en el Lobby Bar.
Pedro Múñoz, cocinero y fundador del hotel. Foto: Mildred O´Bourke Rodríguez |
Por su parte Pedro Múñoz, cocinero y fundador, está convencido de que el secreto del éxito logrado en estos años por el colectivo está en que son como una gran familia, innovadora, creativa y con muchas ganas de hacer.
La Historia, la arquitectura y el Caballero de París
La arquitectura es imponente. Luego de la recuperación se conservaron en el primer nivel los ladrillos originales de las arcadas de medio punto que se combinan con el entorno, donde destaca un mural de pared a pared, con cerámica proveniente de la oriental provincia de Las Tunas. Igualmente se creó un Lucernario que se abre y cierra a voluntad, espacio que cubre el techo del patio con paso a un elegante restaurante y al snack, área donde se degustan las más famosas hamburguesas de La Habana.
La obra de recuperación del hotel recibió el Premio de la Ciudad de La Habana de Arquitectura e Ingeniería 2003, por haber logrado combinar elementos del neoclasicismo y lo moderno, en forma atractiva y novedosa.
El Hotel Telégrafo abrió sus puertas en La Habana en 1860. Está considerado como entre los más antiguos del país. La primera referencia cierta sobre el mismo apareció en el Periódico Don Junípero en 1863. En esta década visitó el Hotel el viajero norteamericano Samuel Hazard, quien también redactó una interesante descripción del hospedaje.
Se comenta además que fue el primero en Cuba donde el cliente tuvo servicio a las habitaciones. La ubicación de teléfonos –novedad entonces- en éstas y en las mesas del restaurante, atrajo a comerciantes, aristócratas, intelectuales y políticos que lo concurrían en las primeras décadas de los años 90.
Se afirma asimismo que José María López LLedín, El Caballero de París, trabajó en el lugar cuando gozaba de la plenitud de sus facultades mentales y que Chin Lan Pin, ilustre Mandarín chino se hospedó en el hotel con toda su comitiva en 1874, así como lo hizo Heinrich Schliemann, arqueólogo alemán, que se hizo célebre al descubrir en sus exploraciones la ciudad de Troya.
Otro famoso, el escultor y pintor cubano Alfredo Sosabravo, inició su vida laboral en sus salones y pasillos.
Elegante, sobrio y hermoso, el Hotel Telégrafo, de cumpleaños este primero de diciembre del 2014, alegra la esquina de Prado y Neptuno, inmortalizada por un Cha cha chá que debiera ser Patrimonio Nacional, La Engañadora de Enrique Jorrín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario