Invasión en La Habana

“Se comprobó la presencia de un número considerable de individuos de L. fulica”.
Fotografía tomada el 14 de julio de 2014/Cubadebate.

Desde el mes de julio del presente año una de las 100 especies dañinas más invasivas del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN ) ha invadido La Habana. De acuerdo con reportes de prensa su primer hallazgo fue en los alrededores del reparto Poey, en el municipo capitalino de Arroyo Naranjo y posteriormente en los territorios de Micro X y Versalles, en la Habana del Este y La Lisa, respectivamente.

Los Caracoles Gigantes Africanos son de hábitos nocturnos, lo que significa que presenta mayor actividad biológica durante la tarde, noche y en las primeras horas de la mañana, dependiendo principalmente de la temperatura y la humedad ambiente.

Cuando las condiciones climáticas le son desfavorables, como por ejemplo, épocas de escases de lluvias o de temperaturas extremas (muy cálidas o frías), el caracol se protege aletargando su metabolismo y recubriendo la abertura de su caparazón con una membrana, llamada epifragma , que tiene la función de evitar la deshidratación del individuo. Además, para aumentar su protección, suele enterrarse a poca profundidad.

Achatina fulica es una especie de zonas cálidas, pero puede adaptarse a una gran diversidad de ambientes, como áreas boscosas naturales e implantadas, zonas agrícolas,  urbanas y periurbanas donde exista vegetación. Pero muy frecuentemente se presenta en lugares habitados por personas. En estos últimos, utiliza diferentes sustratos como refugio. Se lo puede observar en paredes, árboles, arbustos, en el suelo y en el interior de viviendas. Según autores brasileños, existen relatos que afirman que la preferencia por zonas urbanas se debe a la alta disponibilidad de materiales de construcción ricos en calcio.

“El Laboratorio de Malacología del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí
ya está realizando todas las investigaciones necesarias”. Foto: Cubadebate