La Macorina junto a un auto que pudo ser suyo. Diseño: Gilberto González García |
Ya sea por el poema escrito por el asturiano Alfonso Camín en el año 1931, o el estribillo que convirtió en un éxito el cantante Abelardo Barroso, lo cierto es que, a medio siglo de haber fallecido, aún queda en La Habana el recuerdo de Macorina, quien al decir de su vecina, Mercedes Chacón Aballí, “era muy simpática y tiposa desde niña, buena vecina y muy servicial”.